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Situación laboral en la provincia: el empleo formal no llega al 40% en el conurbano

El informe elaborado por la Defensoría del Pueblo bonaerense y el Observatorio de la Deuda Social de la UCA refleja que en el Conurbano bonaerense sólo el 38,1 % de la población económicamente activa tiene un empleo pleno de derechos. A su vez, las mujeres son las más afectadas.
Un informe realizado por la Defensoría del Pueblo y el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), muestra que en el Conurbano bonaerense, el empleo formal no llega al 40% y dentro de ese porcentaje, las mujeres son las más afectadas.
Dicho informe plantea que «Observamos que con los excesivos aumentos en los servicios públicos, y la inflación que se come el salario de la gente, 3 de cada diez trabajadores necesitan trabajar más horas y uno de cada 5 quiere cambiar de lugar de trabajo porque se les hace imposible llegar a fin de mes».
En el Conurbano «sólo un 38,1 % de los trabajadores tiene un empleo pleno de derechos, con aportes al sistema jubilatorio, el 27 % se encuentra trabajando de manera precaria». «Esto quiere decir que están afuera del sistema de seguridad social, el 24,3% tiene un empleo inestable, y el 9,9% está desocupado», explican.
Ante este escenario el Defensor del Pueblo, Guido Lorenzino, indicó que «estas cifras evidencian déficit serios como la persistencia de un sector informal, y posibilidades limitadas de acceso a un trabajo pleno de derechos que se agrava aún más en el caso de las mujeres».
Los números demuestran que para las mujeres del conurbano la situación es más compleja que para los varones ya que sólo el 30,4% acceden a un empleo pleno mientras que el porcentaje de varones llega al 43,2%.
Las cifras se revierten cuando se analiza el empleo precario, llegando el género femenino al 30,3, y el masculino al 26%.
Estos números tienen una consecuencia preocupante para los trabajadores de la Provincia y tienen que ver con que están quedando muchos de ellos fuera del sistema de seguridad social.
El 62,5% de las mujeres ocupadas no cuenta con aportes, en cuanto al número masculino llega al 50,8%.
En esta línea Lorenzino agregó que «en la población económicamente activa 1 de cada 4 personas nos dijo que experimentó una situación de desempleo durante el último año». Y explicó: «Observamos que con los excesivos aumentos en los servicios públicos, y la inflación que se come el salario de la gente, 3 de cada diez trabajadores necesitan trabajar más horas y uno de cada 5 quiere cambiar de lugar de trabajo porque se les hace imposible llegar a fin de mes».
A los trabajadores que cuentan con un salario, su empleador en el 33,6% de los casos no les realiza aportes al sistema de seguridad social.
En este esquema las mujeres siguen siendo más discriminadas que los varones llegando sólo el 28,6% de ellas a tener aportes, mientras que el acceso de los varones es de 43%.
De este núcleo de trabajadores, tanto femenino como masculino, sólo el 37 % de ellos tiene obra social.
Los aportes y la posibilidad de una cobertura de salud son más limitadas en los trabajadores no asalariados y precarios.
Los números indican que el 74% no realiza aportes ni cuenta con una obra social. Dependen en la mayoría de los casos de los hospitales públicos.
Otros datos que arroja la encuesta realizada en el último trimestre del 2017 indican que la afiliación sindical es escasa y el 68% de los trabajadores estables no forma parte de algún sindicato. También existe un gran disconformismo de las personas con su situación laboral ya que el 25 % de las personas desea cambiar de empleo y el 30 % necesita aumentar sus ingresos para llegar a fin de mes.

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