GRAVE: UN PRINCIPAL DE LA BONAERENSE AGREDIÓ A UN INSPECTOR DE TRÁNSITO EN BERAZATEGUI
Un hecho verdaderamente grave se produjo ayer a la tarde en pleno Centro de Berazategui, cuando un Oficial de la Policía Bonaerense agredió a un Inspector de Tránsito de la Comuna local.
Todo se suscitó cuando un agente de Tránsito municipal, Franco Ledesma, detiene la marcha de una motocicleta en la intersección de Av. 14 y 148, para posibilitar el cruce de los peatones en dicha esquina. Allí, el conductor del rodado -que iba acompañado de una mujer- no quiso esperar y comenzó a apurar al agente municipal con su moto, a lo que el trabajador comunal atinó a sacarle la llave de la moto, ya que literalmente el hombre se lo estaba llevando puesto.
Totalmente fuera de sí, el conductor saltó de la moto y agarró del cuello del agente de Tránsito, mientras le gritaba que lo iba a matar y otras barbaridades, lo que motivó que se acerquen los transeúntes tratando de que el irascible sujeto -de gran contextura física- deje de ahorcar al inspector municipal. En ese momento, el sujeto esgrimió una pistola 9mm lo que puso en alerta a todos, quienes llamaron a dos efectivos de Gendarmería que estaban cerca.
Cuando llegaron los uniformados, lejos de actuar, pidieron identificación al sujeto quien mostró una credencial de la Policía Bonaerense, por lo que los Gendarmes ni se metieron, pese a lo que le había hecho al funcionario municipal.
Arribó allí un móvil de la Policía Local, que trasladó al municipal a la Primera de Berazategui mientras que el sujeto hizo lo propio, y se sumaron testigos de la increíble agresión que declararon en la seccional.
Allí el agente comunal se enteró que el agresor era un oficial Principal de la Policía Bonaerense, identificado como Sergio Abel Ibarra, legajo policial 27.346 quien presta servicio en la subcomisaria de Don Bosco, quien -de paso- era tratado casi como un ‘héroe’ en la comisaría de Berazategui, en total desprecio y detrimento del agente de Tránsito agredido.
Inclusive los testigos que llegaron cerca de las 18 hs. fueron dejados sentados hasta casi las 10 de la noche, posiblemente esperando que se cansen y se vayan si declarar, cosa que no lograron.
El oficial Principal -grado anterior a subcomisario– se reía en la comisaría, según los testigos, lo que preocupa en demasía dado el estado emocional evidenciado en lo acontecido, que permite que alguien tan peligroso -armado y con credencial policial– pronto pueda estar al frente de una comisaría, algo que Asuntos Internos debería analizar concienzudamente.
Se espera asimismo la intervención de la Jefatura Departamental de Quilmes en el asunto.